EL MARGINAL

     La Historia de la historieta Argentina es un libro publicado en 1980 por Ediciones Récord y escrito por Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno. Este libro es considerado uno de los clásicos referentes del género, consolidándose gracias a los trabajos anteriores de los autores en la revista "Skorpio", en la sección "El club de la historieta", y "La historia de la historieta Argentina" para la revista "Tit-Bits" de Alfredo Scutti.

     El epílogo, titulado "La marginalidad no es un tigre de papel", fue escrito por Juan Sasturain. En el último capítulo, que reflexiona sobre la marginalidad dentro del mundo de la historieta, se aborda específicamente a los marginados dentro de esa marginalidad. En el texto "Otro país, otra manera de ser marginal" se menciona a Oscar Estévez como ejemplo de creador marginal, destacando su papel y contribución en este ámbito.

      Este libro no solo documenta la rica historia de la historieta argentina, sino que también ofrece una profunda reflexión sobre los desafíos y las realidades de los creadores que trabajan al margen de la industria principal.

Cito un extracto:

…"En efecto, fue en Hora Cero la legendaria revista de la editorial Frontera comandada por Oesterheld, donde se insinúa un lugar para los dibujantes no convencionales.  Allí están Walter Fahrer, José Muñoz, Leopoldo Durañona y Oscar Estévez. De éstos, sin duda, es Estévez quien más se adentra en el territorio de lo experimental.  En sus historietas hayan descarte de lo figurativo y una tendencia muy marcada hacia lo abstracto, hacia el expresionismo más agresivo.

     La inquietud de Estévez parece ser, en cada uno de sus trabajos, contar una historia no desde la fría imparcialidad de lo real sino desde adentro, desde lo más entrañablemente subjetivo.  Trazos toscos, deliberadamente "feistas", plasman criaturas surgidas desde el mismo corazón de sus obsesiones.  La mejor prueba de que este artista es un marginal es que no publica desde hace más de diez años. Evidentemente no le interesa obedecer a los editores que le sugieren que dibuje gente lineal, que imite a Raymond o a Caniff y prefiere dibujar para nadie, continuando fiel a si mismo"...