Entrevista Cómic Nacional

Comic Nacional Presenta: Oscar Estévez

Por Hugo M. Terrile & Daniel Miñones

Un dibujante en los márgenes

     En los años de oro de Hora Cero, junto a Oesterheld y Pratt, apareció un joven dibujante que no encajaba en los moldes clásicos. Se llamaba Oscar Estévez. Sus trazos expresionistas, “feístas” y subjetivos lo convirtieron en un raro dentro de la llamada Escuela Argentina.

     Carlos Trillo y Guillermo Saccomanno lo recordaron en Historia de la historieta argentina como “el más experimental” de aquella camada. Sin embargo, su nombre se volvió casi un fantasma: se perdió en los pliegues de la industria, reapareció en Fierro y aún hoy sigue siendo uno de los secretos mejor guardados de la historieta nacional.

CN: ¿Cómo empezó todo?

Estévez: Llegué a Hora Cero gracias a Pratt y Oesterheld. Pratt me vio dibujar, me dijo “andá a tu casa y dibujá” y me mandó a lo de Oesterheld. Héctor miró mis carpetas y me dio un guión de prueba. Lo hice, les gustó, y así arranqué.

CN: ¿Conserva esos trabajos?

E: Nada. Los originales quedaban en la editorial y los revendían. Lo que yo tenía lo terminé tirando. Del pasado no se puede vivir.

CN: ¿Se podía vivir de la historieta?

E: En los 60 sí. Ganaba como un empleado. Pero con la caída de Hora Cero y el cambio en Columba, se hizo imposible. No aceptaba que me dijeran cómo debía dibujar.

CN: ¿Qué hizo después?

E: Me metí en sistemas. Estuve veinte años con computadoras, de programador a analista. Casi termino loco. Era un mundo ajeno al mío. Me enfermé y recién ahí volví a dibujar.

CN: ¿Volvió a las revistas?

E: Con Scutti fue imposible. En Fierro hice cosas con Sasturain, un tipo bárbaro. Pero nunca tuve la presentación que correspondía. Hasta pensaban que mis dibujos eran de Pratt o Breccia firmando con otro nombre.

CN: ¿Y hoy?

E: Sigo intentando. Mandé material afuera, en Alemania querían sexo y violencia, les dije que no. En Bélgica y Hungría hubo interés. También estoy ilustrando la carta del cacique Seattle con una serie de dibujos.

Un lugar incómodo

     Oscar Estévez nunca aceptó moldearse a las exigencias de la industria. Prefirió seguir su impulso expresionista, aunque eso lo dejara fuera del circuito editorial. Su nombre no figura en los grandes catálogos, pero su trazo, áspero y visceral, lo vuelve único dentro de la historieta argentina.

📍 Lomas de Zamora, septiembre de 1991.

Tinta, Diario La unión de Lomas


Tinta, Diario La unión de Lomas

carbón,  Diario La unión de Lomas


Historieta, Revista Trix N°6

Historieta Revista Trix N°7

Historieta Revista Trix N°8

Revista Fierro N°24

Revista Fierro N°36















Comentarios

Entradas populares