Mentira la verdad, Dunkerque

    La actividad humana más antigua, la guerra, ha sido un motor constante en la historia de la humanidad. Desde antaño, se ha utilizado la manipulación de la verdad como una herramienta fundamental en tiempos de conflicto. El Barón de Ponsonby, en su obra "Falsedad en tiempos de guerra", expone un decálogo de propaganda utilizado durante la Primera Guerra Mundial para justificar y movilizar a la población en favor de la causa bélica.

  1. "Nosotros no queremos la guerra."
  2. "El enemigo es el único responsable de la guerra."
  3. "El enemigo es un ser execrable."
  4. "Pretendemos nobles fines."
  5. "El enemigo comete atrocidades voluntariamente. Lo nuestro son errores involuntarios."
  6. "El enemigo utiliza armas no autorizadas."
  7. "Nosotros sufrimos pocas pérdidas. Las del enemigo son enormes."
  8. "Los artistas e intelectuales apoyan nuestra causa."
  9. "Nuestra causa tiene un carácter sagrado, divino, o sublime."
  10. "Los que ponen en duda la propaganda de guerra son unos traidores.

     "La primera de todas las fuerzas que gobiernan en el mundo es la mentira", afirmó Revel J.F. en su obra "El conocimiento inútil" (1988). Este filósofo y periodista francés, también conocido por sus trabajos como "La tentación totalitaria" (1976) y "Cómo terminan las democracias" (1983), realizó un profundo análisis sobre el acceso y uso de la información en la sociedad moderna.

     En "El conocimiento inútil", Revel aborda la problemática de la manipulación de la verdad a través de una extensa investigación a nivel global. Utiliza numerosos ejemplos y vivencias personales para explorar cómo distintos sistemas políticos y culturas han empleado la mentira como una herramienta poderosa.

     Revel argumenta que, si bien en el pasado la ignorancia era considerada el mayor enemigo del ser humano, en la actualidad es la mentira la que representa una amenaza aún mayor para el conocimiento y la verdad. 

     ¡Tú haz los dibujos, que yo pondré la guerra!", expresó William Randolph Hearst, el influyente dueño del New York Journal

     La Guerra Hispanoamericana, que tuvo lugar en 1898, fue un claro ejemplo de cómo la influencia mediática puede alimentar tensiones diplomáticas y desencadenar conflictos armados. Esta confrontación enfrentó a Estados Unidos y España, con el magnate de medios como uno de los impulsores de la escalada de hostilidades.

     El poder de los medios de comunicación para moldear la percepción pública y para influir en las decisiones políticas es evidente en casos como este. Esta cita de Hearst es un recordatorio de cómo la información y la propaganda pueden ser utilizadas para manipular las percepciones y los eventos históricos.

     La Segunda Guerra Mundial, uno de los conflictos más devastadores de la historia, tuvo un inicio marcado por la manipulación y la falsedad. En la noche del 31 de agosto de 1939, se llevó a cabo una operación de bandera falsa en la ciudad alemana de Gleiwitz, donde soldados disfrazados como polacos atacaron una emisora de radio. Este incidente, reportado como un acto agresivo por parte de Polonia, fue utilizado por Adolf Hitler como pretexto para justificar la invasión de Polonia por parte de la Wehrmacht el 1 de septiembre de 1939.

     La invasión de Polonia desencadenó una serie de eventos que llevaron al estallido de la Segunda Guerra Mundial. Dos días después, Francia y el Reino Unido declararon la guerra a Alemania. Sin embargo, durante los primeros meses de conflicto, se vivió un período conocido como Drôle de Guerre o "Guerra de Broma", caracterizado por una aparente inactividad militar en el frente occidental.

     Todo cambiaría el 10 de mayo de 1940, cuando el Tercer Reich lanzó una ofensiva masiva contra Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo, con el objetivo de avanzar hacia el territorio francés y llegar al Canal de la Mancha. Esta ofensiva resultó en la rápida capitulación de Bélgica y los Países Bajos, y las fuerzas aliadas se vieron acorraladas sobre la costa de Dunkerque.

     El sitio de Dunkerque, con las tropas británicas y francesas bajo intenso fuego alemán y bombardeos de la Luftwaffe, marcó el comienzo de una verdadera guerra a gran escala en Europa. 

     Estamos en una época donde la comunicación fluye como nunca antes en la historia. El acceso a la información es masivo y constante gracias a la tecnología y los medios digitales. Sin embargo, este exceso de datos no garantiza la veracidad ni el conocimiento real. Es crucial entender que la información por sí sola no equivale a conocimiento auténtico.

     El papel de los comunicadores, divulgadores, intelectuales y creadores de contenido es fundamental en la formación de opiniones y la construcción de ideologías. Ellos tienen el poder de influenciar la opinión pública y moldear la percepción colectiva, ya sea para bien o para mal. En este contexto, las autoridades y líderes políticos, económicos, sociales y culturales también utilizan la comunicación como una poderosa herramienta para influenciar y dirigir las creencias y comportamientos de la sociedad.

     Sin embargo, a pesar de esta era de la hipercomunicación manipulada, los elementos necesarios para discernir la verdad y juzgar a nuestros líderes están a nuestro alcance. Depende de cada individuo buscar el conocimiento genuino, cuestionar las fuentes de información y desarrollar un pensamiento crítico que permita distinguir entre la realidad y la desinformación. La responsabilidad de orientarse hacia el saber verdadero recae en las decisiones que tomamos como sociedad y en nuestra capacidad para valorar la autenticidad y la objetividad en la información que consumimos.

     En la entrada de hoy comparto la historieta Tres Solados, publicada en la Revista Hora Cero N° 102, el 12 de agosto de 1959, con guión de H.G. Oesterheld e ilustraciones de Oscar Estévez. La acción transcurre en las playas francesas de Dunkerque.

 

 

Tres Soldados- H.C.102

Tres Soldados - H.C. 102

Tres Soldados H.C. 102

Portada Miguel Ángel Repetto

Imágenes de AHIRA
    








 

 

 


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