Agua Potable

     A lo largo del siglo XX, Buenos Aires experimentó un avance significativo en la expansión de servicios de provisión de agua, especialmente con la creación de Obras Sanitarias de la Nación en 1912, que marcó un hito en la intervención federal en esta área, inicialmente logró cubrir las necesidades de la Capital Federal y luego fue extendiéndose hacia el conurbano.
     Sin embargo, el crecimiento demográfico desordenado, especialmente en la zona aledaña a la cuenca Matanza-Riachuelo, durante las décadas de 1950 y 1960, rompió el equilibrio entre el desarrollo urbano y la expansión de la infraestructura de agua y saneamiento. La falta de una planificación adecuada y la ausencia de servicios esenciales en las nuevas áreas urbanizadas exacerbaron la diferenciación socio-espacial.
     La privatización del servicio en 1993 bajo un enfoque neoliberal condujo a la comodificación del agua, lo que incrementó las tarifas y amplió la brecha de acceso, afectando desproporcionadamente a los sectores más vulnerables. La re-estatización en 2006, con la creación de Aguas Argentina (AySA), intentó revertir esta tendencia, pero a pesar de los avances en la cobertura, persisten deficiencias significativas, especialmente en la zona sur donde se encuentran los niveles más bajos de cobertura de servicios sanitarios.
     La situación en la cuenca Matanza-Riachuelo es especialmente crítica, con altos niveles de vulnerabilidad sanitaria debido a la escasa cobertura de agua potable y desagües cloacales, combinada con una alta densidad habitacional y niveles elevados de pobreza. Esta realidad pone en evidencia la necesidad de una intervención urgente y coordinada para mejorar las condiciones de vida en estas áreas, destacando la importancia de políticas públicas inclusivas y equitativas que garanticen el acceso universal a servicios básicos esenciales como el agua y el saneamiento.

     El municipio de Lomas de Zamora, tiene una población significativa distribuida en zonas altas y bajas. En Villa La Madrid, ubicada en terrenos bajos e inundables, la falta de políticas de suelo para sectores populares ha llevado a ocupaciones colectivas como principal medio de acceso a la vivienda. Desde la década de 1960, el barrio ha enfrentado problemas de infraestructura, agravados por la densificación poblacional y la ausencia de servicios básicos. En respuesta a una gran inundación en el año 2000, los vecinos formaron el Foro Hídrico, un colectivo para reclamar soluciones a la crisis hídrica. Su antecesor fue la Inter-barrial, una organización conformada por los vecinos de tres barrios de Lomas de Zamora: Laprida, La Perla y Villa Galicia. 

     El Foro Hídrico de Lomas de Zamora surgió como respuesta a los problemas ambientales y de inundaciones en la cuenca Matanza-Riachuelo. Su creación fue impulsada por la necesidad de visibilizar estos conflictos y articular una acción colectiva que involucrara a diversos actores sociales. El foro ha perdurado gracias a su enfoque integral en la lucha por los derechos al agua, la información y la participación en decisiones públicas, consolidándose como un espacio de experimentación social y aprendizaje colectivo.
     Un caso específico se presenta en la década de 1990, donde vecinos afectados por inundaciones causadas por el aumento de las napas freáticas enfrentaron la negación de la empresa Aguas Argentinas. Para contrarrestar esta postura, recurrieron al Instituto Nacional del Agua (INA), cuyo estudio independiente confirmó que las decisiones técnicas de la empresa fueron responsables de las inundaciones. Este proceso fortaleció la autoridad moral del movimiento comunitario.
     En años recientes, las organizaciones han centrado sus esfuerzos en reclamos colectivos por el derecho a la salud, utilizando relevamientos comunitarios para evidenciar emergencias sanitarias. Colaboraciones con Médicos del Mundo y  Universidad de Buenos Aires,  permitieron realizar estudios epidemiológicos que vinculan la contaminación del agua y la falta de servicios sanitarios con problemas de salud locales.
     Los movimientos de justicia ambiental exigen al Estado un trato justo para todos los ciudadanos, influyendo en las decisiones y modos de implementación de políticas públicas. El Foro Hídrico destaca la importancia de mantener los reclamos a lo largo del tiempo, presentando propuestas concretas y alternativas a las soluciones oficiales, como la construcción de plantas modulares para acelerar la provisión de servicios sanitarios. La movilización constante y las demandas políticas son esenciales para avanzar en la implementación de las obras, ya que sin estas acciones, los procesos suelen estancarse. Además, la participación comunitaria busca modificar las relaciones de poder, garantizando que las decisiones reflejen las necesidades locales y compensen déficits históricos en infraestructura.
     El derecho humano al agua, reconocido por la ONU como fundamental y vinculado a la salud y a un nivel de vida adecuado, implica la exigencia de cobertura universal. Sin embargo, la discontinuidad en las obras públicas y las decisiones basadas en rentabilidad han generado una brecha histórica en el acceso a estos servicios, afectando principalmente a los sectores más populares. Por más de 20 años el Foro Hídrico, junto a otras organizaciones, impulsó campañas para visibilizar esta problemática y exigir políticas públicas que prioricen las necesidades de las poblaciones en riesgo sanitario, reprobando los retrasos en las obras de infraestructura esenciales para garantizar el acceso a agua y cloacas.
 
 

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